El escándalo que rodea al cirujano Aníbal Lotocki ha impactado al entorno del espectáculo, dejando un saldo de víctimas y un sinfín de preguntas sobre la responsabilidad médica. Entre las afectadas se encuentra Victoria "Vicky" Xipolitakis, la mediática conocida por su extravagante estilo, quien se sometió a una liposucción con el doctor en 2013, una decisión que tendría consecuencias inesperadas.
Vicky Xipolitakis, a sus 27 años y con 58 kilos de peso, buscaba una figura más estilizada. La liposucción con Lotocki, en ese entonces un cirujano reconocido en el ámbito de las famosas, prometía un cambio radical. Se extrajeron tres litros de grasa de su abdomen, los cuales se reubicaron en sus gemelos. Este procedimiento marcó el inicio de un camino de complicaciones para la modelo.
Un año después, en 2014, su hermana, Stefy Xipolitakis, también se sometió a un procedimiento con Lotocki. En su caso, se trataba de un aumento de glúteos. “Tenía tendencia a adelgazar, me dijeron que con plasma y con plaqueta me podrían inflar un poquito”, explicó Stefy en su momento. La realidad, sin embargo, sería mucho más compleja.
La Consecuencia del Polímero Industrial
La historia de las hermanas Xipolitakis, junto a la de Silvina Luna, Pamela Sosa y Gabriela Trenchi, se convirtió en un caso emblemático de mala praxis médica. Las cuatro mujeres, todas pacientes de Lotocki, sufrieron graves consecuencias luego de recibir polimetilmetacrilato (PMMA), un polímero termoplástico que generó granulomas en sus cuerpos.
El PMMA, según Lotocki, era una mezcla de sustancias que incluía metacrill (producto brasileño) y Metacrilic Facial Implant I (de origen nacional, una copia del anterior). La realidad, según declararon las víctimas, es que Lotocki usaba un polímero industrial, usado en la fabricación de tableros de autos, plásticos y juguetes, que mezclaba con una sustancia para convertirlo en líquido y así inyectarlo a sus pacientes.
El veredicto en el juicio contra Lotocki, dictado el 9 de febrero de 2022, fue condenatorio. Fue declarado culpable de "lesiones graves" en los cuatro casos, con una pena de cuatro años de prisión y cinco de inhabilitación para ejercer la medicina. La sentencia, sin embargo, aún no está firme, por lo que Lotocki no ha sido encarcelado.
El Caso de Stefy Xipolitakis y la Autopsia de Silvina Luna
Stefy Xipolitakis, tras la intervención, comenzó a experimentar problemas de salud y dolores crónicos. Al igual que las otras víctimas, desarrolló granulomas, que le impedían moverse con libertad. En 2021, durante el juicio contra Lotocki, se enteró de que el doctor le había inyectado PMMA, no plasma, como se le había informado en su momento.
Tras la muerte de Silvina Luna, el abogado de Stefy, Gonzalo Díaz Cantón, solicitó un perito de parte para participar en la autopsia de la modelo. El objetivo era determinar qué sustancia le había inyectado Lotocki a Luna, una información crucial para comprender la gravedad de las lesiones que sufrieron las víctimas.
Díaz Cantón, en declaraciones a la prensa, señaló que Lotocki tenía una "negación patológica" respecto a sus actos, y que Stefy "va a vivir con un cuerpo extraño y con una bomba de tiempo toda su vida que puede despertarse en cualquier momento".
La Peluca que Nunca Se Cayó
Vicky Xipolitakis, a pesar de las complicaciones de salud que sufrió tras su intervención con Lotocki, no ha hecho declaraciones públicas tan contundentes como su hermana Stefy. Sin embargo, su caso también ilustra las terribles consecuencias del uso del PMMA como relleno.
La imagen de Vicky Xipolitakis, con su exuberante peluca y su estilo extravagante, ha sido parte de su marca personal. Sin embargo, la historia de la peluca que nunca se cayó, es una metáfora del drama que viven las víctimas de Lotocki. La peluca, que representa la imagen pública, no se ha visto afectada por las complicaciones internas que sufre su cuerpo. La peluca sigue en su lugar, mientras que la bomba de tiempo del PMMA sigue latiendo en su interior.
La Lucha por la Justicia
El caso Lotocki ha generado un debate sobre la responsabilidad médica y la necesidad de un control más estricto sobre el uso de sustancias nocivas en procedimientos estéticos. Las víctimas, como Vicky Xipolitakis y su hermana Stefy, han alzado su voz para denunciar la negligencia médica y exigir justicia.
La muerte de Silvina Luna ha puesto en foco la urgencia de que Lotocki sea condenado y que las víctimas reciban la atención médica y el apoyo necesario para lidiar con las consecuencias de sus procedimientos.
La historia de Vicky Xipolitakis y su hermana Stefy, así como la de las otras víctimas de Lotocki, son un llamado de atención sobre la importancia de la seguridad en las cirugías estéticas y la necesidad de que los pacientes estén informados sobre los riesgos de los procedimientos.
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