La fragilidad capilar como síntoma del cáncer: ¿Qué debes saber?

Valoración: 4.75 (236 votos)

La fragilidad capilar, también conocida como cabello quebradizo o frágil, es un síntoma que puede ser causado por una variedad de factores, incluyendo el cáncer. Si bien no es un síntoma exclusivo de esta enfermedad, es importante estar atento a su aparición, especialmente si se experimenta junto con otros síntomas.

Tabla de Temas

¿Cómo es la fatiga por cáncer?

La fatiga relacionada con el cáncer es una afección que causa el cáncer, o el tratamiento de este, por la que la persona siente un cansancio o agotamiento extremos. Algunas personas con cáncer tienen fatiga extrema la mayor parte del tiempo y no pueden realizar sus tareas habituales. Otras, solo se sienten muy cansadas. También se llama fatiga relacionada con el tratamiento del cáncer, cansancio excesivo o astenia tumoral.

Este tipo de fatiga es diferente a cualquier otro cansancio que haya sentido antes. En una persona sana, el cansancio suele estar relacionado con la actividad física, y desaparece después de descansar o dormir. Sin embargo, la fatiga relacionada con el cáncer no se alivia por completo con el sueño ni con el descanso, y en ocasiones se presenta después de hacer poca o ninguna actividad.

La fatiga relacionada con el cáncer es común. La fatiga es uno de los efectos secundarios más comunes del tratamiento del cáncer. Más del 80 % de las personas con cáncer presentan cansancio extremo cuando reciben quimioterapia o radioterapia.

La fatiga relacionada con el cáncer se puede presentar en cualquier momento. Es posible que la fatiga aparezca antes, durante o después del tratamiento del cáncer. Si bien a veces es un síntoma temprano del cáncer, otras veces se produce por el estrés que causa el diagnóstico de esta enfermedad. En ocasiones empeora de forma gradual a medida que transcurre el tratamiento o surge de repente, pero suele disminuir después de que este termina. Sin embargo, con frecuencia algunas personas siguen sintiendo fatiga meses o años más tarde.

La fatiga relacionada con el cáncer afecta muchos aspectos de la vida. La fatiga afecta las actividades cotidianas, así como la vida familiar, laboral y social. Si bien la sensación de cansancio extremo a veces es abrumadora, el equipo de atención de la salud puede ayudarle a encontrar formas de controlarla, tratarla y afrontarla, que se ajusten a sus circunstancias.

Síntomas de la fatiga relacionada con el cáncer

Cuando uno tiene cáncer, es normal sentir mucho cansancio físico y emocional. El equipo de atención de la salud puede ayudarle a identificar y tratar las causas de la fatiga (cansancio extremo) para aliviarla.

La forma en que se siente la fatiga depende de factores como el tipo, el estadio y el tratamiento del cáncer, así como de su salud física y emocional general, nutrición y patrones de sueño.

Los síntomas de la fatiga relacionada con el cáncer son los siguientes:

  • Falta de energía; sensación de cansancio, desgaste o letargo extremos.
  • Dificultad para moverse; sensación de pesadez o lentitud.
  • Dificultad para pensar, recordar o prestar atención.
  • Agotamiento físico, emocional o mental.
  • Falta de descanso, incluso después de haber dormido.

Causas de la fatiga relacionada con el cáncer

El cáncer, los tratamientos de esta enfermedad y los efectos secundarios de dichos tratamientos pueden causar fatiga. Por otro lado, el estrés, los cambios en su rutina y otras afecciones médicas, también provocan cansancio en exceso.

Fatiga producida por el cáncer

A veces, en una persona con cáncer, el origen de la fatiga es el cáncer en sí. Las células cancerosas usan las calorías y los nutrientes que el cuerpo necesita para obtener energía, lo que hace que usted sienta un cansancio excesivo. Además, el cáncer a veces produce la liberación de citocinas, unas sustancias que elabora el cuerpo de forma natural para ayudar a combatir las infecciones y el cáncer, pero que, cuando se liberan en concentraciones altas, causan fatiga.

De igual forma, la caquexia, un síndrome que consiste en la pérdida de masa muscular y de peso en las personas con cáncer, en ocasiones también provoca cansancio extremo.

Los siguientes tipos de cáncer son más propensos a causar fatiga que otros:

  • Cánceres de la sangre, como la leucemia, el linfoma y el mieloma múltiple. Estas enfermedades afectan la médula ósea, lo que hace que para el cuerpo sea difícil producir células sanguíneas sanas. Si el recuento de glóbulos rojos es bajo, los tejidos del cuerpo no reciben suficiente oxígeno y esto provoca fatiga.
  • Cáncer de mama y cáncer de próstata. Estas enfermedades producen fatiga debido a que afectan las concentraciones hormonales.
  • Cánceres del aparato digestivo, como el cáncer de estómago y el cáncer colorrectal. Estas enfermedades afectan la manera en que el cuerpo procesa y usa los alimentos, lo que también causa fatiga.

Fatiga producida por los tratamientos del cáncer

Es posible que muchos tratamientos del cáncer reduzcan su nivel de energía; aunque cada uno de ellos afecta de forma diferente. Además, el programa y las dosis, así como recibir más de un tratamiento, influyen en la intensidad de la fatiga y en qué momento el cansancio es peor. Los siguientes tratamientos causan fatiga:

  • Cirugía. La fatiga es común después de una cirugía debido a que el cuerpo usa la energía para sanar. Los medicamentos para el dolor que se administran después de la cirugía a veces también causan cansancio en exceso. La fatiga relacionada con la cirugía suele mejorar con el tiempo, pero es posible que se prolongue cuando se combina con otros tratamientos.
  • Quimioterapia. Durante la quimioterapia se destruyen tanto las células cancerosas como las sanas, lo que causa fatiga. Algunas personas se sienten más cansadas después de recibir cada quimioterapia, mientras que otras sienten que la fatiga es más intensa hacia la mitad del curso de tratamiento. La fatiga disminuye después de que la quimioterapia termina, pero es posible que usted no sienta que volvió a la normalidad hasta que haya transcurrido un mes o más.
  • Radioterapia. Los médicos no entienden del todo por qué la radioterapia causa fatiga. Por lo general después de que comienza la radioterapia, la fatiga aumenta hasta la mitad del curso de tratamiento y se mantiene más o menos igual hasta el final de este.
  • Otros tratamientos. Las terapias hormonales, las inmunoterapias y las terapias dirigidas en ocasiones causan fatiga. El momento en que aparece la fatiga, así como el momento en que se alivia, dependen de los tratamientos específicos y los efectos secundarios que tenga.

Fatiga producida por los efectos secundarios del tratamiento del cáncer

Los siguientes efectos secundarios del tratamiento del cáncer causan o empeoran la fatiga:

  • Anemia. Ciertos tipos de quimioterapia impiden que la médula ósea elabore suficientes glóbulos rojos. Esto provoca anemia (muy pocos glóbulos rojos que transporten oxígeno a los tejidos del cuerpo), una afección que reduce el nivel de energía.
  • Falta de apetito. La energía del cuerpo proviene de los alimentos. Si usted no come bien, es posible que el cuerpo no obtenga la energía que necesita.
  • Diarrea. Algunos tratamientos del cáncer causan evacuaciones intestinales (heces) sueltas frecuentes en las que el cuerpo pierde líquido y electrólitos. Esto provoca deshidratación y fatiga.
  • Sofocos. Ciertos medicamentos cambian las concentraciones hormonales. Esto a veces causa sofocos y sudores nocturnos que perturban el sueño.
  • Infección. El cuerpo usa energía para combatir las infecciones. Si tiene una infección, quizás tenga fiebre u otros síntomas que causan fatiga.
  • Dolor. El dolor causa fatiga por muchas razones, como la falta de sueño que suele provocar. Además, este cansancio extremo puede empeorar con los analgésicos.
  • Problemas para dormir. Muchas personas con cáncer tienen problemas para dormir por la noche. Esto quizás se deba al cáncer, los medicamentos o a un patrón de sueño alterado, como dormir mucho durante el día.
  • Vómitos. A veces la quimioterapia causa náuseas y vómitos antes, durante o después de recibirla. Esto provoca deshidratación por la pérdida de líquidos corporales, y fatiga.

Fatiga producida por el impacto emocional del cáncer

Tener una enfermedad grave como el cáncer causa ansiedad, preocupación o miedo. Cuando el sufrimiento es intenso, puede provocar problemas físicos como fatiga, insomnio y pérdida de apetito.

A veces, las personas con fatiga presentan depresión. Si bien es normal sentir tristeza ocasional, tener depresión no lo es ya que se trata de una afección más grave.

Consulta médica para conversar sobre la fatiga relacionada con el cáncer

Hable con el equipo de atención de la salud si siente mucha debilidad o cansancio, en especial si no puede hacer las actividades normales, o si siente mucho cansancio, aún después de descansar o dormir.

Es posible que el médico le dé un registro o diario para que escriba todos los días la información sobre sus niveles de energía y la fatiga. Esta información, junto con las pruebas médicas, puede ayudar al médico a determinar cuál es, en su caso, la mejor manera de controlar o sobrellevar esta afección.

Preguntas para el personal médico, de enfermería o trabajo social sobre la fatiga relacionada con el cáncer

  • ¿Cuál es la causa más probable de mi fatiga?
  • ¿El tipo de cáncer que tengo o el tratamiento que recibo aumentan mi riesgo de fatiga?
  • ¿Qué puedo hacer para tener más energía? ¿Se recomiendan tratamientos médicos?
  • ¿Se recomienda hacer ejercicio? ¿Qué tipos de movimiento u otras actividades relajantes ayudan a las personas que tienen fatiga relacionada con el cáncer?
  • ¿Cuánto debo dormir por la noche? ¿Cuánto descanso o sueño puede ser útil durante el día?
  • ¿Qué alimentos y bebidas recomienda? ¿Cuáles debo evitar?
  • ¿Qué signos o síntomas debo comunicarle?

Pruebas médicas que se usan para evaluar la fatiga

El equipo de atención de la salud evaluará si usted tiene afecciones que contribuyan a la fatiga; además, le harán un examen físico y un análisis de sangre para detectar anemia o infecciones. Es posible que también le formulen una serie de preguntas estándar sobre su nivel de cansancio y cómo este afecta su vida cotidiana. A esto se le llama evaluación de la fatiga.

El equipo de atención de la salud repetirá esta evaluación para saber si hay un patrón cuando se inicia la fatiga y cuando esta empeora. Esta información ayudará a decidir la mejor manera de prevenirla, controlarla o tratarla. Se usa el mismo método para medir la fatiga en cada evaluación. Esto ayuda a observar los cambios con el paso del tiempo.

Tratamiento de la fatiga relacionada con el cáncer

Los equipos de atención de la salud a menudo tratan la fatiga mediante el alivio de las afecciones relacionadas. Elegirán un tratamiento según sus síntomas y la causa de esta afección, en caso de haberla identificado. Cuando se desconoce la causa, el médico tratará los síntomas y le enseñará cómo controlar o sobrellevar la fatiga.

Tratamiento médico para la fatiga relacionada con el cáncer

  • Tratamiento de la anemia. Los tratamientos para la anemia incluyen cambios en la alimentación, transfusiones de sangre o administración de medicamentos. Para obtener más información, consulte Anemia y el tratamiento del cáncer.
  • Tratamiento del dolor. Controlar el dolor con medicamentos reduce el cansancio, pero a veces, la fatiga es un efecto secundario de los analgésicos. Para disminuir el cansancio excesivo, quizás el médico recomiende cambiar el medicamento o ajustar la dosis y la hora del día en que lo toma. Para obtener más información sobre el control del dolor en las personas con cáncer, consulte Dolor.
  • Tratamiento de la depresión y la ansiedad. A veces, los sentimientos de estrés, miedo y desesperanza empeoran la fatiga. Los terapeutas de salud mental usan la terapia cognitivo-conductual y la terapia de conversación como ayuda para controlar estos sentimientos y, de esa manera, disminuir el cansancio extremo. Las personas con cáncer que tienen un diagnóstico de depresión, en ocasiones, reciben medicamentos antidepresivos como tratamiento para la fatiga.

Otras terapias que a veces ayudan a controlar la fatiga

  • Es posible que el equipo de atención de la salud recomiende terapia respiratoria para tratar la falta de aliento u otros problemas respiratorios que en ocasiones causan fatiga. También, quizás recomienden fisioterapia para aliviar problemas en los nervios o los músculos y conservar el funcionamiento físico y la fuerza durante el tratamiento y después de este.

Medicamentos para tratar la fatiga relacionada con el cáncer

Aunque no hay un tratamiento estándar para la fatiga, los siguientes medicamentos están en estudio para determinar su posible función en el control de esta afección:

  • Psicoestimulantes. Medicamentos que mejoran el estado de ánimo y ayudan a disminuir la fatiga y la depresión. Es posible que aumenten la energía y mejoren la capacidad de pensar y concentrarse en algunas personas con cáncer, pero la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) aún no ha aprobado los psicoestimulantes como tratamiento de la fatiga.
  • Bupropión. Antidepresivo que está en estudio para tratar la fatiga de las personas que tienen cáncer con depresión o sin esta.
  • Corticoesteroides. Este tipo de medicamento está en estudio para el tratamiento de pacientes con cáncer avanzado. La dexametasona es un corticoesteroide que reduce la inflamación, pero tiene efectos secundarios indeseados.

Control de la fatiga relacionada con el cáncer

No siempre es posible eliminar la fatiga, pero hay formas de disminuirla o controlarla. Hable con su equipo de atención de la salud sobre las estrategias que puede intentar usar. Algunas opciones son las siguientes:

  • Descansar y dormir. Practique buenos hábitos de sueño. Es común que las personas que reciben tratamiento para el cáncer tengan cambios en los patrones de sueño o dificultad para dormir. Dedique tiempo para descansar durante el día. Si tiene cansancio, tome siestas cortas de menos de 1 hora. Tenga en cuenta que dormir demasiado en el día quizás no le permita dormir bien en la noche.
  • Hacer ejercicio y actividad física. En ocasiones el ejercicio (como caminar) ayuda a las personas con cáncer a sentirse mejor y a tener más energía durante y después del tratamiento. Elija una actividad física que disfrute. Hable con su equipo de atención de la salud o con un fisioterapeuta para crear un plan de ejercicios apropiado para usted.
  • Consumir alimentos y bebidas de forma adecuada. Consulte con un nutricionista para obtener información sobre los alimentos y bebidas que contienen los nutrientes que necesita para mantener un buen nivel de energía. A muchas personas les resulta más fácil comer varias comidas pequeñas a lo largo del día en vez de 3 comidas grandes. Beba mucha agua y limite el consumo de cafeína y bebidas alcohólicas.
  • Participar de prácticas físico-mentales. Se encontró que las prácticas físico-mentales como el qigong, el taichí y el yoga reducen la fatiga en las personas con cáncer. Muchas de estas prácticas combinan el movimiento, el estiramiento, el equilibrio y la respiración controlada con la meditación. Otros tratamientos posibles que ayudan a controlar la fatiga son las técnicas de relajación, las imágenes guiadas, la hipnosis y la acupuntura. Pregunte a su equipo de atención de la salud sobre programas relacionados disponibles en su comunidad.
  • Tomar suplementos. El ginseng americano, en forma de capsulas de raíz de jengibre molida, a veces se usa para el tratamiento de la fatiga. También están en estudio en ensayos clínicos otros suplementos alimentarios, como la coenzima Q10 o la L-carnitina. Sin embargo, no hay evidencia que indique que estos suplementos reducen la fatiga relacionada con el cáncer.

Qué tipo de cáncer causa moretones

Tanto en las leucemias agudas como en las crónicas, a medida que aumenta el número de células leucémicas, las células normales se desplazan fuera de la médula ósea y los síntomas pueden comenzar a presentarse.

Los síntomas de la leucemia aguda generalmente aparecen de forma repentina y también pueden ser similares a los de un virus o una gripe. Los síntomas pueden ser lo suficientemente graves como para que los pacientes vayan a un médico poco después de su aparición.

Cuando se padece la leucemia crónica por primera vez, es posible que los síntomas no aparezcan durante varios años. Con frecuencia, la leucemia linfocítica crónica y la leucemia mieloide crónica se descubren como un hallazgo casual gracias a un recuento elevado de glóbulos blancos durante los análisis de sangre de rutina que son parte de una revisión regular. Sin embargo, con el paso del tiempo, a medida que aumenta el número de células enfermas, se pueden infiltrar en la médula ósea u otros órganos hasta el punto de causar problemas importantes.

Los signos y síntomas que pueden presentarse por la leucemia aguda o crónica incluyen con mayor frecuencia:

  • anemia
  • moretones y sangrado , como consecuencia de niveles bajos de plaquetas, el componente de la sangre que es esencial para la coagulación de la sangre y la cicatrización de heridas
  • infecciones causadas por niveles bajos de glóbulos blancos, encargados de combatir enfermedades
  • fiebre, sudores nocturnos intensos, pérdida de peso involuntaria y fatiga

Las células leucémicas también pueden invadir el hígado, el bazo, los ganglios linfáticos y otros órganos, particularmente en el caso de la leucemia linfocítica crónica y la leucemia linfocítica aguda, lo que causa malestares o una afectación de la función normal del órgano.

También hay otros trastornos que pueden causar estos síntomas, no necesariamente significa que tenga leucemia. Hable con su médico si tiene alguno de estos síntomas para garantizar que tenga un diagnóstico y un tratamiento adecuados.

El cáncer puede producir fragilidad capilar

La fragilidad capilar, como se mencionó anteriormente, puede ser un síntoma de cáncer, especialmente en casos de leucemia o cánceres que afectan la médula ósea. La producción de glóbulos rojos, blancos y plaquetas se ve afectada, lo que puede conducir a una serie de síntomas, incluyendo fragilidad capilar.

La fragilidad capilar, además de ser un síntoma de cáncer, también puede estar relacionada con deficiencias nutricionales, problemas hormonales y otros factores. Por lo tanto, es importante consultar con un médico para determinar la causa específica de la fragilidad capilar y recibir un tratamiento adecuado.

Si bien la fragilidad capilar no es un síntoma exclusivo del cáncer, es importante estar atento a su aparición, especialmente si se experimenta junto con otros síntomas como fatiga, moretones, sangrado fácil, pérdida de peso o fiebre. En caso de observar estos síntomas, es fundamental acudir a un profesional de la salud para una evaluación completa.

Si quieres conocer otros artículos parecidos a La fragilidad capilar como síntoma del cáncer: ¿Qué debes saber? puedes visitar la categoría Cuidado del cabello.

Subir

Utilizamos cookies propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarte contenidos y servicios personalizados a través del análisis de la navegación. Acéptalas o configura sus preferencias. Más información