El fosa: el misterioso carnívoro de madagascar

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El fosa ( Cryptoprocta ferox) es una especie de mamífero carnívoro perteneciente a la familia Eupleridae, endémica de Madagascar. Es el carnívoro nativo más grande de la isla, y juega un papel crucial como depredador dominante, principalmente de lémures.

A pesar de su parecido físico y en costumbres con los félidos, el fosa es en realidad un representante de los eupléridos, un grupo de mamíferos carnívoros que solo se encuentran en Madagascar. Su gran tamaño, dos veces el de un gato doméstico, es un ejemplo de gigantismo insular, un fenómeno que se observa en especies que evolucionan en islas y desarrollan tamaños mayores que sus parientes continentales.

Tabla de Temas

Características Físicas del Fosa

El fosa tiene una apariencia que recuerda a un gran félido, como un puma, pero con un cuerpo esbelto y extremidades musculosas, y una cola casi tan larga como el resto del cuerpo. Su cabeza se asemeja a la de las mangostas, relativamente más larga que la de los gatos, con un hocico ancho y corto, y orejas grandes pero redondeadas.

Sus ojos de color marrón medio, relativamente separados, poseen pupilas que se contraen hasta convertirse en rendijas. Como muchos carnívoros que cazan de noche, sus ojos reflejan la luz, que en el fosa es de color naranja. Los machos adultos son más grandes que las hembras, con un peso promedio de 6,2-8,6 kg para los machos y 5,5-6,8 kg para las hembras.

El fosa tiene un pelaje corto y liso, relativamente denso y sin manchas ni patrones. Su coloración general es entre leonado y marrón rojizo en el dorso y crema sucio en el vientre. En la época de apareamiento, las hembras pueden presentar una coloración anaranjada en el abdomen debido a la secreción de una glándula pectoral.

Adaptaciones para Trepar

Varias de las características físicas del fosa son adaptaciones para trepar por los árboles. Su cuerpo es alargado, musculoso y ágil. Pueden correr a gran velocidad por el suelo y subir a los árboles con asombrosa rapidez, gracias al extraordinario agarre de sus patas desnudas y provistas de garras retráctiles, una característica típica de los felinos. Tienen patas semiplantígradas, que alternan entre un paso plantígrado (al moverse entre los árboles) y uno digitígrado (al moverse en la tierra). Sus tobillos son muy flexibles, permitiéndoles agarrarse fácilmente a los troncos de los árboles para subir o bajar de cabeza.

Glándulas Odoríferas

El fosa posee varias glándulas odoríferas, aunque están menos desarrolladas en las hembras. Al igual que los herpéstidos, tiene una glándula perianal dentro de un saco anal que rodea el ano como una bolsa. Otras glándulas están situadas cerca del pene o la vagina, y las glándulas peneanas emiten un fuerte olor.

Genitales Externos

Una de las características físicas más peculiares del fosa son sus genitales externos. Los machos tienen un pene y un báculo (hueso peneano) inusualmente largos, que se extiende hasta entre sus patas delanteras en estado de erección. El glande se extiende hasta la mitad del órgano y es espinoso, excepto en la punta. En comparación, el glande de los félidos es corto y espinoso, mientras que el de los vivérridos es liso y largo.

Las hembras de fosa muestran una masculinización transitoria, que comienza en torno a los 1-2 años de edad, desarrollando un clítoris agrandado y espinoso que se asemeja al pene de los machos. Este clítoris agrandado está sostenido por un os clitoridis (hueso clitorídeo o baubelo), que disminuye de tamaño a medida que el animal crece. Aunque las hembras de otras especies de mamíferos (como la hiena manchada) tienen un pseudopene, no se conoce ningún otro que disminuya de tamaño a medida que el animal crece.

Hábitat y Distribución

El fosa habita en los bosques secos del centro y oeste de Madagascar, donde los árboles están espaciados entre sí, dejando abundante vegetación herbácea y arbustiva entre ellos. Son animales solitarios y territoriales que marcan su dominio gracias a las secreciones de potentes glándulas odoríferas.

Los fosas son el carnívoro malgache con el área de distribución geográfica más amplia y, por lo general, se encuentra en escaso número por toda la isla en las extensiones de bosque que sobreviven, prefiriendo hábitats de bosques prístinos no perturbados. También se les encuentra en algunos bosques degradados, pero en menor número.

Comportamiento

Los fosas son activos tanto de día como de noche, considerándose catemerales (es decir, no estrictamente nocturnos, diurnos o crepusculares). Los animales no reutilizan los lugares donde duermen, pero las hembras con crías vuelven a la misma madriguera.

El área de campeo de los machos es más extensa que la de las hembras. Estas áreas se solapan en un 30%, pero las hembras suelen tener áreas de distribución separadas.

Salvo madres con crías y observaciones ocasionales de machos en pares, los animales suelen encontrarse solos, por lo que la especie se considera solitaria. Sin embargo, se ha reportado una observación detallada de caza cooperativa, en la que tres fosas macho cazaron un sifaca ( Propithecus verreauxi) de 3 kg durante 45 minutos, y posteriormente compartieron la presa.

Los fosas se comunican mediante sonidos, olores y señales visuales. Las vocalizaciones incluyen ronroneos, una llamada de amenaza y una llamada de miedo. También se comunican mediante expresiones faciales y corporales, pero el significado de estas señales es incierto. Los animales son agresivos sólo durante el apareamiento, y los machos en particular luchan de manera arriesgada.

Dieta

Los fosas son carnívoros que cazan animales pequeños y medianos. Es una de las ocho especies carnívoras endémicas de Madagascar, el mayor mamífero terrestre endémico que sobrevive en la isla y el único depredador capaz de cazar adultos de todas las especies de lémures existentes. Aunque es el depredador predominante de los lémures, reportes sobre sus hábitos alimentarios demuestran una amplia variedad de selectividad y especialización de presas en función del hábitat y la estación.

Reproducción

Los fosas tienen un sistema de apareamiento poliándrico. La mayoría de los detalles que se conocen sobre la reproducción en poblaciones silvestres proceden de los bosques secos caducifolios occidentales, por lo que se requiere más investigación de campo para determinar si algunos de estos detalles son aplicables a las poblaciones orientales.

El apareamiento suele tener lugar en septiembre y octubre, aunque hay reportes de que se produce hasta diciembre. En cautiverio, los fosas se aparean en la primavera boreal, de marzo a julio. La cópula suele producirse en árboles sobre ramas horizontales a unos 20 m del suelo.

Hasta ocho machos pueden mantenerse en un lugar de apareamiento, permaneciendo cerca de la hembra receptiva. La hembra parece elegir al macho con el que se aparea, y los machos compiten por la atención de la hembra emitiendo un número significativo de vocalizaciones y participando en numerosas interacciones antagónicas. La hembra puede elegir aparearse con varios machos, y su elección no parece tener ninguna correlación con la apariencia física de estos.

El apareamiento puede durar casi tres horas. Esta duración inusual se debe a la naturaleza física del pene erecto del macho, que tiene espinas que apuntan hacia atrás en la mayor parte de su larga longitud. El apareamiento en los fosas incluye un «abotonamiento» copulatorio (esto es, que los fosas quedan «enganchados» o «pegados»), que puede ser consecuencia forzosa del pene espinoso del macho. El «abotonamiento» es difícil de romper si se interrumpe la sesión de apareamiento.

Los partos dan camadas de una a seis crías (normalmente de dos a cuatro), y tienen lugar en un lugar oculto, como madrigueras subterráneas, termiteros, grietas en las rocas o huecos de árboles grandes. Las crías recién nacidas son ciegas y desdentadas y no pesan más de 100 g. Su pelaje es fino y se ha descrito como gris-marrón o casi blanco.

Al cabo de dos semanas, los ojos de las crías se abren, se vuelven más activas y su pelaje se oscurece hasta adquirir un color gris perlado. Los cachorros no consumen alimentos sólidos sino hasta los tres meses y no abandonan la madriguera hasta los 4,5 meses; son destetados poco después. Tras su primer año, los jóvenes son independientes de su madre. Los dientes permanentes aparecen entre los 18 y los 20 meses. Alrededor de los dos años alcanzan la madurez física, pero no alcanzan la madurez sexual hasta pasados uno o dos años, por lo que las crías pueden permanecer con su madre hasta la madurez total. La esperanza de vida en cautiverio es de hasta 20 años o más, posiblemente debido al lento desarrollo juvenil.

Relación con el Hombre

En Madagascar, el fosa es considerado un animal casi diabólico. Circulan todo tipo de leyendas sobre él, advirtiendo de su supuesto peligro para los humanos. En las zonas rurales se le acusa de matar gallinas, patos y cerdos. Por ello, no son raras las batidas para acabar con algunos ejemplares, a pesar de que la especie está protegida por el gobierno de Madagascar. La caza, unida a la destrucción de su hábitat, ha reducido enormemente su población. Fue declarado vulnerable por la IUCN en 2008 y se estima que hoy en día deben de quedar menos de 2500 ejemplares en libertad, algo catastrófico debido a lo poco que se sabe aún de su biología y comportamiento en su medio natural.

Los fosas no son merecedores de la fama que tienen en Madagascar. Se acostumbran fácilmente a la vida en cautividad, donde se muestran dóciles y afectivos con sus dueños. En cautividad viven una media de 20 años.

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