Gypsy rose blanchard: el síndrome de münchhausen por poderes y el caso que conmocionó al entorno

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El caso de Gypsy Rose Blanchard, condenada en el año 2015 por el homicidio de su madre, Dee Dee, en Estados Unidos, salió a la luz nuevamente en las últimas semanas. Tras cumplir una sentencia de ocho años en prisión, Gypsy quedó en libertad a finales del 2023 y se hizo viral en TikTok, donde retrata su vida después de la cárcel. La suya es una trama de abuso infantil que transita la delgada línea entre el crimen y la legítima defensa. Porque las apariencias de esta historia son engañosas y lo que inicialmente parecía ser una madre abnegada, dedicada a cuidar de su hija enferma, acabó por revelarse como un tejido de engaños y manipulaciones cuidadosamente diseñado por Dee Dee.

Durante más de dos décadas, la madre de Gypsy les hizo creer a médicos, asistentes sociales, familiares y hasta a la propia Gypsy que la niña sufría una serie de enfermedades cada vez de mayor gravedad. Este es un fenómeno conocido a nivel médico como síndrome de Munchausen por poderes, o trastorno facticio impuesto a otros. Tal era la capacidad de Dee Dee para engañar incluso a los especialistas, que consiguió que se le colocara una sonda gástrica a la niña, cuando en realidad no tenía ninguna patología que lo requiriera.

A lo largo de su infancia y juventud, Gypsy fue sometida a tratamientos para enfermedades que no sufría, como la apnea del sueño o la leucemia. Los abusos fueron retratados en el documental de HBO sobre el caso, titulado Madre muerta y querida. En él, el padre de Gypsy cuenta que, cuando su hija cumplió 18 años, la llamó para felicitarla y Dee Dee le pidió: «No le digas que ya tiene 18».

Tras varios intentos fallidos de escaparse de casa durante su juventud, Gypsy conoció a un chico a través de internet y en poco tiempo entablaron una relación amorosa a distancia. Esta relación marcó el punto de inflexión en la vida de la joven: juntos planificaron y llevaron a cabo el asesinato de su madre.

La historia es, sin dudas, impactante. Pero para entender este caso hay que ver más allá de los aspectos perturbadores del suceso. La gran pregunta que plantea el documental Madre muerta y querida es por qué, si varios miembros de la familia de Gypsy e incluso algunos especialistas sanitarios que la atendieron sospechaban del abuso, nadie le puso freno a tiempo.

La respuesta tiene que ver con las dificultades que supone detectar e intervenir ante un caso de Munchausen por poderes. Para comprender lo que implica el abordaje de este trastorno y de los abusos que conlleva, hablamos con el doctor Ignacio Gómez de Terreros, que fue jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Infantil Universitario Virgen del Rocío, en Sevilla. Pionero en el estudio del síndrome de Munchausen por poderes a nivel nacional, desde su Grupo de Investigación de Pediatría Social y Psicología de la Salud, Gómez ha impulsado líneas de investigación relacionadas con el maltrato infantil y en el 2009 recibió la Cruz de Oro de la Orden Civil de la Solidaridad Social por su labor.

El doctor Ignacio Gómez de Terreros es pionero de la investigación sobre el síndrome de Munchausen por poderes a nivel nacional.

Tabla de Temas

¿En qué consiste el síndrome de Munchausen por poderes?

Al principio, se describió el síndrome de Munchausen en pacientes que presentaban unas historias clínicas espectaculares, llenas de mentiras e invenciones, en un presumible intento de conseguir seguridad hospitalaria y atención médica. La patología se describió de esta manera en 1951, dándole el nombre del fantasioso barón Von Munchausen, un alemán del siglo XVI que relataba extraordinarias historias sobre sus proezas como soldado y como deportista. Posteriormente, se introduce el término de síndrome de Munchausen por poderes, refiriéndose al caso en el que una persona inventa la sintomatología de otra. Como es lógico, esto se observa en seres humanos en estado de indefensión. Es una forma peculiar de maltrato en el que uno de los padres, que suele ser la madre, simula la existencia de síntomas o signos en el niño, o bien los provoca, con el objeto de buscar asistencia médica.

¿Cómo de frecuentes son este tipo de casos?

Desde su descripción, se han publicado numerosos casos a nivel mundial, con una amplia variedad de síntomas. Por ejemplo, está la extensa revisión publicada en Child Abuse & Neglect de 117 casos, a los diez años de la descripción del síndrome. En el mismo año, se dio a conocer otro caso de Munchausen familiar en el que la madre, que tenía el síndrome, lo provocó en sus dos hijos.

¿Cuáles son las causas detrás de estas conductas?

Es probable que las historias de abuso y negligencia en la niñez sean relevantes en el desarrollo de este tipo de desórdenes de personalidad. Hoy sabemos que el ambiente y la biología se entrelazan en el cerebro humano hasta llegar a ser indisolubles, pero a su vez, hay que considerar que la regulación y expresión de los genes pueden modificarse en repuesta al medio ambiente, lo que se conoce como epigenética. Estos son cambios moleculares en el ADN inducidos por factores ambientales que modifican la expresión de los genes. Son mecanismos epigenéticos que actúan a lo largo de toda la vida, especialmente durante la infancia y la adolescencia, y particularmente durante los primeros años de la vida.

¿Qué comportamientos típicos ha observado en casos de este tipo?

El comportamiento más típico es la fabricación parental de síntomas o signos en los hijos. Por ejemplo, la alteración de muestras de laboratorio de sangre u orina. En otros casos, tiene lugar una auténtica inducción de enfermedad o lesión. Las madres utilizan medios diversos y sorprendentes, creando una amplia variedad de síntomas, desde erupciones por estímulos mecánicos o sustancias irritantes, hasta agregados de sangre o material fecal a la orina antes de analizarla, administración de sedantes, provocación de asfixia por inhalación en bolsas de plástico, oclusión mecánica con las manos. Incluso hay algunos casos verdaderamente inéditos e inusuales, como uno que vimos en el Virgen del Rocío, provocado por la madre, de ingestión reiterada de cuerpos extraños. Suele haber manifestaciones en el interrogatorio de presentar crisis de apnea, convulsiones, vómitos o sangrados diversos.

¿Hay algún caso que recuerde especialmente?

Como ejemplo de manifestación de sangrado, recuerdo una vivencia personal. Ante manifestaciones reiteradas de sangrado de su hija menor en la zona urogenital, y con resultados negativos de las pruebas complementarias, nos planteamos posibilidad del síndrome. Aprovechamos la llamada de la madre por el sangrado para realizar la determinación del grupo y Rh de la muestra y comprobamos que se correspondía con sangre de la madre y no con la de su hija.

¿Qué motivaciones hay detrás de estas conductas?

Dentro de su trastorno de la personalidad, los motivos que pueden conducir a una madre a tan anómalo comportamiento se desconocen. Es raro que se observen en ella trastornos psiquiátricos previos. La literatura ha tratado de interpretarlo en función de estados de ánimo alterados, o de distintos impulsos, como una necesidad de sufrir, un deseo de ser el centro de atención, un sentimiento de amor u odio hacia el personal médico y sanitario o un deseo de hallar refugio o amparo. También se cree que puede haber un trasfondo simbólico de recuerdos o vivencias infantiles que desencadenen estos comportamientos.

Blanca Navarro, psiquiatra: «Muchos niños que cometen actos violentos también han sido víctimas de abusos» Laura Miyara

¿Cómo se detecta este síndrome?

La dificultad diagnóstica y la necesidad de un diagnóstico precoz son dos realidades enfatizadas por todos los investigadores de este tema. Los criterios diagnósticos establecidos se basan en la detección de una enfermedad aparente o anomalía relacionada con la salud, tramada o inventada por uno de los padres. El niño es llevado al médico para su tratamiento. Al confrontar a los padres ante el problema, su reacción es de negación de la situación, e incluso, cuando se les enfrenta a pruebas sustanciales, lo descargan en otras personas, familiares o amigos e incluso en el personal sanitario. Los rasgos definitorios que tienen que estar presentes para hablar del síndrome son la intencionalidad, la voluntariedad y la ausencia de control sobre la conducta. Un análisis cuidadoso de las historias sanitarias previas, así como algunas formas de entrevista colateral con un informante, pueden evitar que el profesional que se enfrenta al caso pueda pasar por alto datos que revelen este trastorno de personalidad. Pero, en general, se puede sospechar ante historias de frecuente e inconsistente asistencia a médicos para atender a los hijos, o cuando la experiencia clínica indica que los padres están distorsionando su percepción en cuanto a la salud de su hijo.

¿Cómo afecta este síndrome a la víctima a largo plazo?

El problema de este síndrome es que es una forma de maltrato infantil de alto riesgo y de difícil diagnóstico y a menudo pasa desapercibido durante semanas, meses e incluso años. Por eso puede tener como consecuencias algunas complicaciones graves e incluso la muerte.

¿Cómo es el abordaje de estos casos?

El síndrome de Munchausen por poderes es un cuadro clínico que, por sus características, es difícil de predecir. Entonces, en aquellos padres que se consideran vulnerables, por su alto nivel somático o de ansiedad ante sus hijos, es necesario tener una actitud preventiva. En términos de tratamiento, es fundamental contar con un equipo interdisciplinario para diseñar una estrategia terapéutica y de seguimiento en diferentes niveles. Hay que seguir un triple enfoque terapéutico. Por un lado, está el niño como víctima, por otro lado, el agente como agresor y, finalmente, la familia en su conjunto. Contar con una estrategia terapéutica y de seguimiento por parte de un equipo interdisciplinario en el ámbito médico, social y de salud mental es una herramienta útil en la gestión del síndrome de Munchausen por poderes, porque permite evitar la separación del niño del núcleo familiar.

¿Qué aspectos se deben tener en cuenta al intervenir en una situación familiar tan delicada?

Es necesario tener una extrema precaución en aquellos casos en los que se permite la permanencia del niño en el medio familiar, porque suele haber una progresiva escalada en el peligroso comportamiento de la madre, cada vez corre más riesgo la seguridad del niño y aumenta la posibilidad de ser descubierta. El trabajo individual, familiar y de pareja para los padres es necesario y hay que contar con que pueda haber dificultades añadidas cuando el padre o los abuelos niegan o minimizan la gravedad del comportamiento de la madre.

Qué enfermedad tenía el novio de Gypsy Rose

El síndrome de Münchhausen por poderes es un trastorno mental por el cual un cuidador produce o se inventa dolencias en el niño o persona a la que cuida. Esta enfermedad cambió la vida de Gypsy Rose Blanchard (32 años) y ahora todo el entorno habla de ella. ¿Por qué? Porque acaba de salir de la cárcel después de siete años entre rejas por asesinar a su madre.

Dee Dee Blanchard apartó a Gypsy Rose de su familia, la confinó a una silla de ruedas, la hacía pasar por una niña cuando ya era adulta, le rapaba el pelo para que pareciera que estaba sometida a tratamientos de quimioterapia... Fue diagnosticada falsamente de asma, epilepsia, problemas auditivos, discapacidad visual, trastorno muscular, parálisis del tronco inferior, daños en sistema digestivo y trastorno cromosómico, entre otros.

Todo ello mudándose varias veces, falsificando documentos y convenciendo a médicos y expertos varios. Hasta el punto de que incluso la operaron o le quitaron los dientes para curar dolencias inexistentes.

Planeó el asesinato de su madre con un chico que conoció por internet

Desesperada, ya bien entrada en la veintena y con un férreo control de su madre, Gypsy Rose urdió el asesinato de su progenitora para poder huir de casa. El 14 de junio de 2015, junto a su novio Nicholas Godejohn, a quien había conocido a escondidas por internet, asesinó a Dee Dee (de 48 años) de varias puñaladas en la espalda.

Nicholas, que ya tenía antecedentes por exhibicionismo, tenía historial de diferentes problemas de salud mental. Además había sido diagnosticado con trastorno de identidad disociativo y estaba en el espectro autista. Según los resultados del juicio, Gypsy le dio a su novio todas las herramientas para matar a su madre: guantes, cinta de carrocero y un cuchillo.

Pero en teoría fue él quien empuñaba el arma que acabó con la vida de Dee Dee mientras ella se encerró en el baño para no oír nada, así que el juez le consideró el principal culpable y cumplirá cadena perpetua. Por su parte, Gypsy Rose se declaró culpable de asesinato en segundo grado y fue condenada a diez años de cárcel.

La historia de Gypsy y Dee Dee se ficcionó en la serie 'The Act', con Joey King y Patricia Arquette como protagonistas. | Hulu

Este mes de diciembre, Gypsy Rose Blanchard ha salido por fin de la cárcel. Y lo que fue un crimen extraño pero resuelto se ha convertido en todo un fenómeno de masas. Gracias a un documental (Madre muerta y querida, publicado en 2017 en HBO), una serie (The Act, de Hulu) y todo un fandom que se ha creado a su alrededor, aquella niña es ahora una estrella. El 5 de enero se estrena además una serie documental en el canal Lifetime, donde ella misma cuenta su historia en una producción desde la cárcel.

Se ha casado con un hombre que conoció por carta cuando estaba en la cárcel

Ahora acumula más de seis millones de seguidores y comparte en Instagram y Tik Tok su nueva vida en libertad. Ha reconectado con la familia de su padre, a quien su madre había apartado de su vida, y se ha casado con Ryan Anderson (37 años), a quien conoció por carta en 2020 mientras estaba en la cárcel.

Él había visto el documental de HBO y decidió ponerse en contacto con Gypsy. En 2022 se casaron, mientras ella setutorial en prisión, y ahora por fin viven juntos: "Nunca he vivido con un hombre. Crecí con mi madre, así que ni siquiera estaba mi padre en casa", admitía Gypsy a la revista People. "Nunca ha ido a una cita real en la que vas a algún sitio, comes, vas a ver una película o algo así", dice por su parte Anderson de su mujer.

Por qué Gypsy perdió los dientes

La estadounidense Gypsy Rose, cuando tenía 24 años, convenció a su exnovio de asesinar a su madre Clauddine ‘Dee Dee’ Blancher. La historia de esta mujer fue inspiración para series de televisión y documentales altamente transmitidos en el entorno.

Expertos consideran que la madre de Gypsy Rose padecía del síndrome de Münchhausen, por lo que fingía que su hija estaba enferma y la cuidaba de sobremanera para obtener reconocimiento social.

Cuando nació Rose, en 1991, su madre decidió que ella padecía de apnea del sueño. Cuando cumplió 8 años de edad, Blancher manifestaba que la entonces niña tenía leucemia, distrofia muscular, convulsiones, asma y diferentes discapacidades.

De acuerdo con el portal de entrenamiento Elle, la persistencia de la mujer por las supuestas enfermedades de su hija obligó a los médicos a realizarle operaciones como extirpación de glándulas salivales, por lo que se le pudrieron varios dientes, además de recetarle un gran número de medicamentos.

Sin embargo, ninguna de las enfermedades de Gypsy Rose era cierta. La joven podía caminar, tenía una alimentación normal y no estaba calva por el cáncer que fingía su madre que tenía, sino porque ella misma la rapó.

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Las personas cercanas a la familia no cuestionaban las acciones de Blancher, ya que notaban que era atenta y encantadora con su hija. Cuando los médicos ponían en duda resultados de los exámenes que le practicaban a Gypsy, lo que hacía su progenitora era cambiarlos por otros especialistas.

La mamá de Rose tenía formación como enfermera, así que podía describir los síntomas que supuestamente padecía su hija. Esta mujer le daba a su víctima medicamentos para que estos le produjeran efectos secundarios y así poder seguir mintiendo ante los doctores.

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En 2005, Dee Dee manifestó que fue damnificada del huracán Katrina, por lo que recibió ayudas económicas y se mudó al estado de Misuri (Estados Unidos), lo que fue la excusa perfecta para eliminar los expedientes médicos.

Año tras año, la mentira sobre las enfermedades de Gypsy Rose se volvían incontrolables, así que Blancher alteró la fecha de nacimiento de su hija para hacerla pasar por menor de edad, según el portal Elle.

En 2011, la joven escapó con un hombre al que conoció en una convención y su madre los descubrió. La mujer le dijo al acompañante de su hija que ella era menor y se la llevó a casa. Cuando llegaron a la vivienda, la madre le rompió el computador a Gypsy Rose, la amarró a la cama, la golpeó y le negaba alimentos.

En el año 2015, Gypsy conoció a Nicholas Godejohn por medio de un sitio de citas cristiano. La joven le contó a este hombre todo lo que vivía con su madre y le pidió que la asesinara para poder tener una vida juntos.

En junio de ese año, Nicholas apuñaló a Clauddine Blancher, mientras su hija esperaba en el baño con las orejas tapadas. Las autoridades lo capturaron horas después.

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“No podía simplemente saltar de la silla de ruedas porque tenía miedo y no sabía qué haría mi madre. No tenía a nadie en quién confiar”, declaró Gypsy Rose durante el juicio.

La mujer fue condenada a diez años de prisión y cumplió el 85% de su condena hasta que salió libre el 28 de diciembre de 202

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perfil de gipsy blancharde con pelucad - Qué enfermedad tenía el novio de Gypsy Rose

Por su parte, Nicholas Godejohn fue declarado culpable de asesinato en primer grado en 2018 y sentenciado a cadena perpetua.

Finalmente, Gypsy Rose declaró que fue más libre en la cárcel que en su casa. "Me alegro de haber salido de esa situación, pero no estoy feliz de que mi madre esté muerta", puntualizó.

Que tenía la mamá de Gypsy

Sabía que podía caminar, pero pasó la mayor parte de su vida postrada en una silla de ruedas, escuchando los exacerbados relatos de su madre que le decía que, lo que tenía, era una enferma terminal.

Gypsy Rose no tenía amigos. Tampoco salía sola de casa. Un tubo de oxígeno, una plataforma de metal y un puñado de medicamentos eran su compañía habitual cada día.

Su madre, Clauddine “Dee Dee” Blanchard, lo quiso así desde un principio: desde que tuvo memoria, le dijo a su hija que padecía de numerosos diagnósticos, los cuales aumentaban a medida que crecía en Golden Meadow, un pueblo ubicado en Luisiana, Estados Unidos.

Si bien, más adentrada en la adolescencia Rose se hizo consciente de que no tenía los síntomas que ella le inventaba a los doctores, un falso padecimiento de leucemia se convirtió en uno de sus más grandes temores.

Gypsy Rose y Clauddine “Dee Dee” Blanchard. Foto: Gypsy Rose.

perfil de gipsy blancharde con pelucad - Por qué Gypsy perdió los dientes

Estaba obligada a mentir. Y al mismo tiempo, una sensación de impotencia se apoderaba progresivamente de su cuerpo, hasta el punto en que desencadenó uno de los crímenes más controversiales de la historia.

Gypsy Rose planeó el asesinato de su madre por obligarla a mentir sobre su salud

Los extraños comportamientos de “Dee Dee” siempre llamaron la atención de sus cercanos. Era la menor de seis hermanos y cuando su madre se enfermó, ella se dedicó a cuidarla, aunque no duró mucho tiempo.

La mujer, llamada Emma, falleció a sus 59 años.

Después de la tragedia, sus familiares la acusaron de haberla dejado morir por falta de alimentación, mientras que tampoco solía bañarla. Sus condiciones eran deplorables, pero no tenían mayores pruebas para inculparla.

Consternada, “Dee Dee” continuó su camino y se casó a los 24 años con Rod Blanchard, un adolescente de 17 que setutorial en el colegio y que la dejó embarazada.

Asustado ante las implicancias de ser un padre joven, él se esfumó poco antes de que naciera Gypsy Rose el 27 de julio de 1991, mientras que más tarde aseguró que ella recurría a rituales en campos como la brujería.

Sola y con una bebé en sus brazos, “Dee Dee” empezó a tener una fuerte obsesión con su hija y, ante la ausencia de Blanchard, se tomó la libertad de inventar una serie de mentiras en torno a ella.

Llegó a la casa en la que vivían su papá, Claude Pitre, y su madrastra, Laura, en donde se desempeñó como la encargada de cocinar.

Al poco tiempo, la nueva esposa de su progenitor se enfermó gravemente y pasó nueve meses en cama, según informaciones reunidas por Infobae. ¿El origen? Una comida que ingirió tenía un elemento que afectó a su organismo.

Estuvo al borde de la muerte y las sospechas hacia “Dee Dee” se hacían más fuertes.

La joven que planeó el asesinato de su madre por obligarla a fingir enfermedades durante toda su vida. Foto: Gypsy Rose.

Fue ahí cuando ello —sumado a la manera obsesiva en que trataba a Gypsy Rose— desencadenaron que Claude Pitre las echara de la casa. Laura se recuperó poco tiempo después de que “Dee Dee” se fuera del hogar.

Ese era apenas el inicio de una serie de comportamientos tóxicos que más tarde su hija viviría en carne propia. Aislada y sin la posibilidad de comentárselo a otras personas.

Ahora, solo eran ella y su madre.

Una relación enfermiza

Gypsy Rose tenía tres meses de vida cuando visitó por primera vez un hospital en 199“Dee Dee” le dijo a los doctores que la pequeña tenía dificultades para respirar mientras dormía, por lo que tras numerosos estudios e insistencias, le diagnosticaron apneas del sueño y le recetaron un aparato para enfrentar esta condición.

Aquello no conformó a la mujer, por lo que fue sumando cada vez más síntomas a medida que visitaban a los médicos. Los controles se convertían en una rutina que marcaría la vida de su hija para siempre.

Ya a sus 7 años, “Dee Dee” inventó que la menor sufría de alteraciones cromosómicas y una distrofia muscular, motivos ficticios por los que la obligó a sentarse en una silla de ruedas, a pesar de que sí podía caminar. Por supuesto, Gypsy Rose solo era una niña, por lo que setutorial al pie de la letra todo lo que decía su controladora madre.

Gypsy Rose y "Dee Dee". Foto: Gypsy Rose.

Tres años después, en 2001, especialistas del Hospital Universitario de Tulane la analizaron y no encontraron ninguno de esos diagnósticos, pero a su madre no le importó. Estaba convencida de que sí los tenía, aunque no tenía datos que lo respaldaran.

Armó fichas médicas ilegítimas, esparció los rumores de las enfermedades y no se despegaba ni un segundo de Gypsy Rose.

Para ese entonces, ya acumulaba complicaciones como asma, epilepsia, problemas auditivos, dificultades en la vista, parálisis del tronco inferior y daños en su sistema digestivo, entre una lista interminable.

Asimismo, le suministraba altas dosis de numerosos medicamentos, para que así se sintiera decaída, con mareos, náuseas y dolores de cabeza.

También empezó a alimentarla a través de una sonda nasogástrica que entraba por su nariz y que llegaba a su estómago.

Las enfermedades eran falsas, pero los hábitos que adquirió Gypsy Rose no lo eran.

Estaba sumergida en una ola de mentiras frente a la que tenía dudas, pero que no podía expresarlas, debido a que quería evitar el enojo de “Dee Dee”.

Gypsy Rose y "Dee Dee". Foto: Gypsy Rose.

Aquello se intensificó cuando le dijo que tenía leucemia. En ese momento, el temor de que pudiese ser real se apoderó de su cuerpo, por lo que siguió fielmente las normas que le decía su madre.

De esa manera, perdió parte de su dentadura por el consumo excesivo de remedios, por lo que dejó de ir al colegio y empezó a ser educada por su mamá, quien rapó su cabeza y acudió a diversas organizaciones para solicitar “apoyo”.

Así consiguió llevarla a Disney World y un auto con el espacio suficiente para trasladar la silla de ruedas, además de otros aportes y la reconstrucción de su casa, justo después de que el huracán Katrina la destruyera en 200

Pero lo que “Dee Dee” no había considerado, es que esa frágil y pequeña niña más tarde se convertiría en una adolescente, con mayor conciencia acerca de lo que ocurre a su alrededor.

Los síntomas de una mentira

Cuando Gypsy Rose cumplió 19 años, su caso ya era viral en Estados Unidos, pero no estaba segura de la veracidad de lo que su madre expresaba sobre ella. Sabía que no sufría de todos esos diagnósticos y afirmaciones como que tenía la capacidad intelectual de un niño de 7 años no le parecían certeras.

Poco a poco, discutía cada vez más con “Dee Dee”, por lo que los “castigos” también se hicieron más estrictos: llegó a golpearla, a privarla de alimentación y a amarrarla a su cama para que no se levantara, además de poner campanas en las puertas para enterarse de sus movimientos.

Estaba asfixiando a su hija de forma aún más intensa y le mentía regularmente en cuanto a su edad, para que así no se enterara de que ya había cumplido los 20.

Una vez, luego de enterarse de que tuvo contacto con un hombre de 35 años en una feria de ciencia ficción, la amenazó con “romperle los dedos con un martillo”.

La violencia iba en ascenso y Gypsy Rose estaba menos dispuesta a aceptarla, a pesar de que sentía que no podía escapar.

Más adelante, su madre le permitió volver a usar el computador, por lo que ella se las ingenió para crearse un usuario en una página de citas en línea.

Ahí conoció a Nicholas Godejohn, un joven de Wisconsin que trabajaba en una pizzería, tenía dos años más que ella y padecía de un trastorno de personalidad múltiple. Solo un mes antes de que empezaran hablar, había sido detenido por masturbarse mientras miraba pornografía en un local de comida rápida.

Aun así, ella estaba ilusionada con la idea de que él pudiese ser la carta que la ayudaría a escapar de su casa, por lo que forjaron una contacto íntimo a través del chat, en donde incluso llegó a mandarle fotos posando con un cuchillo en su lengua, una acción que a “Nick” le parecía atractiva.

Gypsy Rose y Nicholas Godejohn. Foto: Gypsy Rose.

Un día, ilusionada con la idea de que Godejohn pudiese agradarle a su madre, organizaron una cita “casual” para verse en persona.

El plan consistía en que ella y “Dee Dee” fueran al cine para ver una película de princesas, lugar en el que también estaría él. Pero esa idea no fue del agrado de su progenitora, por lo que le prohibió que siguieran teniendo contacto.

Fue ahí cuando la pareja buscó opciones alternativas para que Gypsy Rose se alejara de su madre.

La que más les convenció: planear un asesinato.

“Mi odio hacia ella la obligará a morir. Es mi lado malvado haciéndolo. No lo arruinará, porque le gusta asesinar”, escribió Godejohn según declaraciones reunidas por el citado medio.

En la escena del crimen

Durante la noche del miércoles 10 de junio de 2015, Gypsy Rose dejó sin seguro la puerta principal de la casa en la que vivía con su madre, ubicada en Springfield, Misuri, Estados Unidos.

Nicholas Godejohn entró a la residencia y se dirigió a la pieza en la que dormía “Dee Dee” con un cuchillo en sus manos.

Sin pensarlo dos veces, se abalanzó sobre ella y le dio un total de 17 puñaladas. Mientras tanto, Gypsy Rose estaba escondida en el baño principal, tapándose los oídos para no escuchar la masacre.

Ya terminado el atentado, el hombre fue a buscarla, tuvieron relaciones sexuales y juntos recogieron una suma de $000 dólares (más de $160.000 en pesos chilenos), para luego irse a un motel en los suburbios de la ciudad y, al día siguiente, tomar un bus en dirección a la casa de los padres de Godejohn, en Wisconsin.

“¿Sabes? Fue raro. Cuando los recogí en la estación, le pregunté: ‘¿cómo está tu madre?’ Me habían dicho que vivía en un refugio para personas sin hogar, porque su madre la había echado”, contó la mamá del joven en una entrevista, “pero actuaron como si nada”.

Después del crimen, Gypsy Rose subió una llamativa publicación a su cuenta de Facebook.

“La perr… está muerta”, escribió, por lo que sus vecinos se preocuparon con el posteo y llamaron a la policía.

"Dee Dee" y Gypsy Rose. Foto: Mi madre muerta y querida (documental.

Cuando llegaron, hallaron el cuerpo ensangrentado de “Dee Dee”, durante la madrugada del 14 de junio de 201

“¿Quién realizó el asesinato? ¿Cuáles eran los motivos? Si Gypsy Rose no podía caminar, ¿por qué no estaba en la residencia?”, esas fueron algunas de las preguntas que se hicieron los oficiales, por lo que iniciaron un rastreo para conocer su paradero.

La encontraron en la casa de los padres de Godejohn, en donde se enteraron de que todas las enfermedades eran el producto de una mentira.

Y cuando le preguntaron por qué escribió esa publicación en redes sociales, ella respondió que deseaba que el cadáver fuese encontrado, para que así tuviese “un entierro apropiado”.

En aquella instancia, ya tenía 23 años.

Las consecuencias de un atentado

El día del juicio, los peritos revelaron que su madre podría haber tenido el síndrome de Münchhausen por poder, un trastorno mental que se caracteriza —en este caso— porque el adulto responsable a cargo de un niño exagera e inventa diagnósticos relacionados con enfermedades.

Aparentemente, la verdadera afectada por un padecimiento no era Gypsy Rose, sino que “Dee Dee”.

Pero aquello no detuvo que fuese sentenciada a diez años de cárcel por un asesinato en segundo grado, mientras que Godejohn asumió una cadena perpetua por los cargos de un homicidio en primer grado.

Gypsy Rose. Foto: Gypsy Rose.

Ambos fueron a la cárcel, lugar en el que según revelaron los doctores, Gypsy Rose tuvo mejoras en su estado de salud. Después de todo, ahí podía caminar, relacionarse con otras personas y no estaba obligada a consumir cantidades excesivas —e injustificadas— de medicamentos. Incluso subió más de seis kilos, un cambio poco común en los reclusos.

“Sabía que no necesitaba el tubo de alimentación. Sabía que podía comer. Sabía que podía caminar. Pero le creí a mi madre cuando me dijo que tenía leucemia”, admitió la mujer en una entrevista con la cadena televisiva ABC, mientras que el autor de las puñaladas dijo a la estación de radio KOLR10 que “desearía haber sabido que era más manipulación que amor, si hubiera sabido eso, probablemente no estaría en esta situación”.

Asimismo, Gypsy Rose relató a BuzzFeed algunos detalles sobre su madre.

perfil de gipsy blancharde con pelucad - Que tenía la mamá de Gypsy

“Ella me usó como un peón (...) me afeitaba el pelo y decía: ‘se va a caer de todos modos, ¡así que vamos a mantenerlo bonito y ordenado! Creo firmemente que el asesinato no está bien, pero al mismo tiempo, no creo que merezca tantos años como tengo. Creo que sí merezco pasar un tiempo en prisión por ese crimen, pero también, entiendo por qué sucedió”, declaró.

Gypsy Rose: Foto: HBO.

“Con mi madre no podía caminar. No podía comer. No podía tener amigos. No podía salir afuera y jugar con amigos o cualquier otra cosa. Siento que soy más libre en la cárcel que viviendo con ella, porque ahora se me permite vivir como una mujer normal”.

Hoy tiene 31 años y sigue tras las rejas, pero a finales de 2023 podrá reclamar libertad condicional. Junto con ello, en 2019 también anunció que empezó a escribir su propio libro autobiográfico, en el que relata las traumáticas experiencias que tuvo que vivir.

La serie de televisión The Act está basada en su caso, mientras que la película Corre está inspirada en este. De la misma manera, el documental Madre muerta y querida profundiza en su caso, el cual se ha posicionado como una de las más polémicas en la historia de Estados Unidos.

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